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Jue, 02/05/2019 - 17:00
Rebeca

Notre Dame de París

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    Notre Dame de París

    Existe una ruta maravillosa que hará centellear la mirada de cualquier viajero: la que une la bohemia Ciudad de la Luz con la cosmopolita Londres a través de la belleza natural de los paisajes nórdicos. La consideramos una de nuestras imprescindibles. Y hoy más que nunca…

    El incendio de Notre Dame de París

    “Notre Dame de París”, Víctor Hugo, 1831: "La luz inquieta de las llamas les hizo parecer moverse. Había serpientes que parecían estar riendo, gárgolas aullando, salamandras tocando el fuego, dragones que estornudaban en medio del humo."

    Casi doscientos años después de que el gran maestro de la pluma escribiera estas palabras, el 15 de abril de 2019, su prosa se convertía en profecía: Notre Dame de París ardía ante los ojos atónitos del mundo entero, algunos velados por las lágrimas. Y es que cualquier amante del arte, de la historia, de la belleza en general, no puede más que lamentar profundamente la pérdida parcial de este símbolo de la cultura europea.

    Por fortuna, insisto, la pérdida es parcial, y quiero en este artículo ensalzar la parte más optimista (que, como en todo, la hay) de este infeliz suceso.

    Los muros de Notre Dame de París, siempre en pie a pesar de los desastres

    Los muros de Notre Dame han soportado, solemnes, duros asedios, intentos de derribos y saqueos durante los más de 800 años que llevan en pie. El más duro fue el que tuvo lugar durante la Revolución Francesa, en el que, la catedral, hoy Patrimonio de la Humanidad, sirvió incluso como almacén de alimentos y de mil quinientos toneles de vino destinados al Ejército del Norte. Las campanas de las torres, incluida la campana mayor Marie, fueron desmontadas destinándose el bronce a la fundición de cañones. Muchos tesoros fueron robados y entregados al pillaje.

    También sobrevivió ya una vez la musa de Víctor Hugo al calor de las llamas: en 1871 un levantamiento civil pretendía quemar Notre Dame, y casi lo consigue: varias sillas y bancos de madera se convirtieron en ceniza. Afortunadamente el fuego no acabó con la totalidad del monumento.

    Esos muros que tanto han sufrido allí siguen, sosteniendo unas gárgolas que vigilan el devenir de los siglos en La Ciudad de la Luz. No, no podía ser un incendio accidental, contra el que además se luchó horas sin descanso, lo que acabara con ellos.

    Un desastre que despierta la solidaridad… para con otras personas

    Apenas extinto el fuego la madrugada del 15 al 16 de abril, empezaba el vals de los multimillonarios por la reconstrucción de Notre Dame, cada uno más generoso que el otro. Entre los benefactores se encontraban la Fundación LVMH, la familia Betancourt-Meyers del Grupo L'Oréal, el grupo Total y François Pinault entre otros. Los supermercados Monoprix animaron a sus clientes a hacer una donación para la reconstrucción. Pocas horas después la suma alcanzaba los 700 millones de euros, y lo que empezó como un gesto loable, se cuestionó al alcanzar extremo, la extravagancia incluso.

    Y aquí llegó el tuit de la Fundación Abbé Pierre. Os pongo en situación: el Abbé Pierre fue un sacerdote católico francés que consagró toda su vida al servicio de los más pobres y desheredados: arriesgó su vida ayudando a atravesar la frontera a decenas de judíos que huían de la persecución nazi, tomó parte activa en la organización de grupos de resistencia contra los alemanes en Chartreuse y en Vercors y fundó las Comunidades de Emaús que, como él mismo explicaba, “no solamente proporcionan a los pobres de qué vivir, sino "una razón para vivir”. En fin, fue una persona que hizo del mundo un lugar mejor. Murió el 22 de enero de 2007. Cuatro días después se celebraba su funeral en Notre Dame de París.

    Vuelvo al tuit, publicado por la Fundación Abbé Pierre: “700 millones para #NotreDame, gracias @KeringGroup @TotalPress @LVMH por vuestra generosidad: estamos muy unidos al lugar del funeral del Abbé Pierre. Pero también estamos muy apegados a su lucha. Si pudierais dar el 1% para los pobres seríamos felices.”

    Bam. La llamada de la Fundación fue el detonante que hizo que millones de parisinos y franceses en general alzaran sus voces para dejar claro que, aunque enamorados de Notre Dame, por supuesto, y llorando aún por ella, lo primero son y serán para ellos las personas. ¿No es acaso bello?

    Más motivos que nunca para visitar París en bici

    Se dice que el francés tiene la revolución en sus genes. ¡No por casualidad fue Francia la cuna de la ilustración y de los derechos humanos! Hoy, en tiempos tranquilos, cuando sucede un triste hecho como el del pasado 15 de abril, podemos comprobar que ese carisma es aún palpable, y uno de los encantos de París.

    Está ese ambiente, está la riqueza arquitectónica, está la belleza artística y la bohemia algo perversa y despreocupada que caracteriza París… y sigue estando Notre Dame. Porque las gárgolas siguen en pie y aún podemos disfrutar de unos muros cuyo estilo abarca (y mezcla) desde el gótico temprano hasta el neogótico.

    No hacen falta más motivos para visitar París, ¿verdad? Pues aquí podéis consultar todos los detalles de nuestra ruta de París a Londres, ¡en bici y sin maletas!

    Nos vemos por el mundo y nos leemos en el blog.

     

    Rebeca

     

    By Rebeca
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